
Hoy inauguraremos este espacio con un símbolo numérico con una fuerte consonancia religiosa dentro de nuestra sociedad, les hablo del famoso 666 el cual esta inserto en el libro del Apocalipsis (Ap. 13,18) atribuido a la autoría del apóstol Juan, aunque numerosos estudios exegéticos se inclinan más bien por una comunidad Joanica como autora del libro en cuestión. En los años 60 luego de la famosa novela “El Anticristo” posteriormente llevada a la pantalla grande este símbolo numérico paso a tener mayor interés por parte de propios y extraños, se hicieron un sin fin de películas, se escribieron numerosos libros sobre el tema, pero siempre dando un espacio a la controversia y a la confusión sobre el real significado del temible 666, como muestra de ello en la ultima década la Secta denominada CRECIENDO EN GRACIA liderada por el pseudos pastor José Luís de Jesús Miranda, incita que sus seguidores se tatúen el susodicho numero en señal de adhesión a su líder el cual se auto proclama Jesús Hombre, lo interesante de este culto es que este señor vive como millonario gracias a los diezmos de sus feligreses.
Pasando al tema, el 666 por muchos años fue ligado al Emperador Nerón aquel temible y despiadado perseguidor de los cristianos, ya en los últimos años varios estudios han señalado una explicación más acertada y creíble a mi parecer: En la numerología bíblica el numero 3 significa la eternidad, el 6 representa a la imperfección y el 7 es el numero de Dios el numero de la perfección, visto de esta manera la triple repetición del 6 representaría la eternidad, el 6 es la inútil búsqueda de la perfección, lo cual nunca se consigue por lo tanto quedando triplemente imperfecto, por ende el 666 es el eterno imperfecto, la burda e imperfecta imitación de Dios la cual nunca llegara a la tan ansiada excelsitud, ya que esta virtud se encuentra solamente reservada para DIOS.
Desde este punto de vista cualquiera de nosotros puede llegar a ser el “eternamente imperfecto” el anticristo, esto sucede cuando nosotros buscamos para si suplantar a DIOS, buscando inútilmente la perfección …
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